En REPXPERT, el Blog del Taller Mecánico, los grandes protagonistas son los componentes de transmisión, motor y chasis. Sin embargo, en esta ocasión te presentamos un post de servicio en el que repasamos los 10 pasos para sustituir el líquido de servodirección. Se trata de un sistema complejo, sometido a desgaste, que necesita atención y un mantenimiento adecuado para funcionar de manera adecuada.
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Cuándo limpiar el circuito de servodirección
La dirección asistida es un sistema cerrado, que trabaja sometido a presión siempre que el motor está en marcha. Fruto de su funcionamiento, en el circuito hidráulico se producen pequeñas impurezas provenientes de las distintas piezas de la dirección. Por esta razón, se recomienda limpiar el sistema hidráulico completo cada vez que se sustituye la bomba de dirección asistida.
En algunos vehículos, los fabricantes incluyen en la zona del mecanismo de dirección un tornillo de purga. Sin embargo, mediante este sistema no es posible evacuar el 100% del aceite: siempre se mantiene una
cantidad residual en el sistema. Por eso, te recomendamos seguir estos 10 pasos para una limpieza eficaz.
1. Levanta la parte delantera del vehículo, de tal modo que las ruedas delanteras queden libres. De este modo, se minimiza la resistencia de la dirección y se evita que el líquido hidráulico produzca espuma causando la entrada de aire en el sistema.
2. Abre la tapa del depósito de líquido hidráulico.
3. Retira el conducto de retorno para recoger el aceite hidráulico. Recuerda emplear un recipiente apropiado para evitar la contaminación.
4. Arranca el motor y gira la dirección en ambos sentidos. A continuación, drena el fluido usado y simultáneamente rellena con fluido nuevo.
5. Una vez hayas completado dos ciclos completos de drenaje, apaga el motor. Desmonta el depósito de líquido hidráulico y límpialo a fondo con limpiador para frenos. Recuerda limpiar o cambiar el filtro del depósito.
6. Monta el depósito y el conducto de retorno, asegurándote de que este último esté correctamente acoplado.
7. Llena el depósito de líquido hidráulico y arranca el motor.
8. Purga el aire del sistema. A continuación mueve la dirección 20 veces a ambos lados y entre topes.
9. Cierra el depósito y asegúrate de que el nivel de llenado es el correcto y no se encuentra por debajo de la marca mínima.
10. Baja el vehículo y realiza una prueba en marcha para asegurarte de que todo funciona correctamente. Recuerda comprobar que no existe ninguna fuga en el sistema.
Y recuerda…
Recuerda respetar las indicaciones del fabricante y utiliza únicamente el líquido hidráulico que cumpla las especificaciones para ese vehículo.