Las piezas que forman el embrague deben cumplir una serie de requisitos que garanticen el confort y la eficacia en el cambio de marchas en todas las condiciones, incluyendo las más exigentes, como las aceleraciones rápidas desde parado o los cambios de marcha súbitos. El embrague hidráulico ha contribuido en gran medida a proporcionar este rendimiento en las cajas de cambio manuales. De todos los componentes que forman el embrague hidráulico, en este post nos vamos a centrar en las piezas que lo diferencian de un embrague mecánico convencional: las que forman el desembrague.
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La clave, el sistema de desembrague
El elemento diferenciador del embrague hidráulico es el sistema de desembrague, es decir, la conexión entre el pedal y el embrague, aspecto que resulta vital para la experiencia de conducción. Para que la potencia del motor pueda controlarse con seguridad o interrumpirse cuando sea necesario, el embrague tiene que ser fácil de accionar. Sin embargo, los embragues mecánicos, habituales hasta la década de 1980, no proporcionaban la suavidad y precisión de accionamiento que comenzaban a demandar los conductores. En este tipo de embrague, la presión aplicada al pedal del embrague por el conductor era transmitida mediante un cable a un mecanismo de palanca situado dentro de la carcasa del embrague. Este, a su vez se accionaba mediante la palanca y un cojinete de desembrague. Sus limitaciones en materia de confort han provocado que este sistema ya esté casi obsoleto. Otra importante limitación de los embragues mecánicos ha sido la reducción del espacio disponible en el compartimento del motor, provocado por los cambios introducidos en los diseños para mejorar la seguridad activa, entre otros motivos. En los vehículos actuales, el cable ya no puede discurrir en línea recta entre el pedal del embrague y la palanca, algo necesario para ofrecer comodidad al cambiar de marcha y mantener el desgaste y la fricción al mínimo.

La respuesta, el desembrague hidráulico
La respuesta a las necesidades de industria y conductores para obtener un embrague adaptado a los nuevos vehículos y a los nuevos estándares de conducción fue el embrague hidráulico, que sustituye y mejora el rendimiento del accionamiento mecánico. Entre sus ventajas, cabe destacar que dispone de un menor número de piezas, lo que simplifica su montaje. Además, permite una mayor flexibilidad estructural, facilitando una mayor libertad de diseño del vehículo y, finalmente, proporciona un elevado confort de accionamiento durante la conducción. Recuerda que existen dos sistemas distintos, el semi-hidráulico y el totalmente hidráulico, aunque en ambos sustituyen el cable mecánico por un sistema hidráulico. En este post te explicamos con detalle las diferencias entre los distintos tipos de embrague.
Componentes del desembrague hidráulico
Estos son los principales componentes del desembrague hidráulico, el sistema que marca la diferencia. En la imagen superior puedes ver su ubicación dentro del embrague completo.
– Cilindro esclavo (semihidráulico)/ cilindro esclavo concéntrico CSC (hidráulico): Es el responsable de accionar el embrague, por los que se posiciona directamente en la campana del cambio, en el árbol de entrada de la caja de cambios. Descubre más aquí sobre el cilindro esclavo.
– Cilindro maestro: Se encarga de generar la presión necesaria en el sistema hidráulico. Se suele fijar en el salpicadero o en el soporte de pedales por medio de tornillos o cierres de bayoneta. El vástago del émbolo del cilindro maestro está unido directamente al pedal del embrague del vehículo. Descubre más aquí sobre el cilindro maestro.
– Líneas de presión hidráulicas: En los sistemas semihidráulicos y totalmente hidráulicos, el conducto de embrague es el encargado de transmitir la presión que el conductor ejerce sobre el pedal al cilindro receptor del embrague o al dispositivo central de desembrague.
– Amortiguador de vibraciones: Este componente, incluido en la línea de presión hidráulica, amortigua las vibraciones de baja frecuencia evitando que se transmitan al pedal de embrague.
– Limitador de par máximo: Reduce el caudal en el sistema hidráulico durante una conducción muy deportiva con movimientos rápidos del embrague.