Cuando el conductor elige un automóvil con cambio automático el objetivo está claro: no desea cambiar las marchas manualmente. A partir de aquí, se abre un amplio abanico de factores a tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de cambio de marchas más adecuado. El peso y potencia del vehículo, su orientación más o menos deportiva, el tipo de conducción…la industria del automóvil lleva décadas buscando la configuración más adecuada en cada caso.
Sin embargo, resulta lógico que surja la pregunta: ¿Qué tipo de cambio automático es mejor? Lejos de posicionarnos abiertamente, en este post de REPXPERT, el Blog del Taller Mecánico, vamos a repasar tres de las tecnologías que automatizan el cambio de marchas más extendidas: El convertidor de par, el variador continuo y el embrague doble, repasando sus particularidades, ventajas e inconvenientes.

Cambio automático con convertidor de par
Las cajas de cambio automáticas con convertidor de par se vienen utilizando desde hace décadas. Se trata por tanto de un concepto muy evolucionado, cuya eficacia garantiza su existencia de cara al futuro. En este tipo de cajas de cambio, el convertidor de par es el componente encargado de acoplar y desacoplar el motor de la caja de cambios. Consta de un sistema de turbinas con un elemento fijo común que se accionan por presión de aceite. La turbina del lado del cigüeñal gira con el motor y transmite el giro a la turbina del lado del cambio en función de la demanda del acelerador, proporcionando así el giro necesario para el cambio de marcha. Al transferir par de giro mediante resbalamiento, siempre sufre una pequeña pérdida de potencia. Además, su funcionamiento genera vibraciones, que se compensan con diversas tecnologías de amortiguación de torsión. Para este cometido, LuK ha aplicado tecnologías como sistemas de doble amortiguación o péndulos centrífugos, que aplicados a los convertidores de par, mejoran su eficacia.
Los principales inconvenientes asociados a este tipo de cambios son su volumen respecto a otras tecnologías más recientes y su efecto negativo sobre los consumos. En el aspecto positivo, cabe destacar su elevada vida útil y su bajo coste de mantenimiento. Eso sí, en el caso de avería, la reparación de este tipo de cambios es bastante costosa.

Cambio automático CVT
Denominado cambio de variador continuo o CVT, este tipo de cambio automático tiene una cualidad particular: No produce saltos. Es decir, funciona de una manera lineal. Consiste en una cadena
que transcurre entre dos pares de poleas cónicas, cada una de las cuales está compuesta por una polea fija y una móvil. La polea móvil está colocada axialmente sobre el árbol de manera que puede moverse y desplazarse axialmente por impulso hidráulico. Este desplazamiento axial de la polea móvil implica un cambio en el radio de rodadura de la cadena y, por tanto, adaptando así la relación según las necesidades del conductor. En este post te contamos los fundamentos del cambio CVT.
Para el conductor, como hemos comentado, la conducción se produce sin saltos, detalle que a usuarios más clásicos puede resultarles poco ortodoxo. Además, los automóviles equipados con este tipo de cambios pueden resultar más ruidosos en la fase de aceleración y suelen proporcionar menor capacidad de retención. Por lo demás, resulta un concepto que muchos constructores siguen empleando.

Cambio de embrague doble
Este tipo de caja de cambios es uno de los que más penetración está teniendo en los últimos años. Combina la comodidad de una caja automática con las sensaciones de una caja de cambios manual. Además, resulta muy eficaz en conducción deportiva y mejora el rendimiento del vehículo en términos de consumos y emisiones. Un cambio de embrague doble es un cambio manual automatizado que consta de dos subcajas, un para las marchas pares y otro para la impares. Cada una de estas subcajas están asociada a su propio embrague, lo que explica que sean necesarios dos embragues.
El secreto de su eficacia reside en que una de las subcajas de cambios siempre está activa, mientras que la otra está preseleccionada en la siguiente marcha. Como resultado, se obtiene una conducción suave, en la que los cambios de marcha no solo son rápidos, sino que apenas son perceptibles. Si quieres saber más sobre la caja de cambios de embrague doble, no te pierdas los posts en los que te explicamos a fondo las ventajas de esta tecnología (Link a post 202) o sus fundamentos técnicos. Las cajas de cambios de embrague doble ofrecen numerosas ventajas funcionales, como ya hemos visto. Sus detractores, destacan su mayor necesidad de mantenimiento, al igual que sucede con una caja de cambios manual, cuyo embrague está sometido a desgaste. Sin embargo, tal y como ha mostrado Schaeffler, gracias a su solución de mantenimiento LuK RepSet 2CT, los profesionales de la mecánica pueden sustituir con eficacia embragues dobles en seco y húmedos.