Podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que el aire acondicionado ha cambiado mucho nuestras vidas. No solo nos acompaña en el lugar de trabajo o en casa, sino que ya hasta los tractores lo llevan instalado. Y, por supuesto, los automóviles. Los de viajar por la noche o llevar botellas heladas en abundancia para soportar el calor al volante ya es cosa del pasado para la gran mayoría de conductores y ocupantes gracias a este avance.
Pero ¿sabías cuándo se inventó o cuál fue el primer coche en equiparlo, o si es perjudicial para nuestra salud…? Estas y otras curiosidades más, quedarán resueltas si te lees este nuevo post, que sin duda enriquecerá tu cultura sobre este componente.

Se inventó en 1902
Cuentan que ya en 1830 un hospital de Florida utilizó un sistema que soplaba aire sobre un cubo de hielo para enfriar a algunos de sus pacientes o que cuando el presidente James A. Garfield estaba en su lecho de muerte, se empleó un dispositivo similar para mantener su habitación fresca. Sin embargo, se considera que el antepasado más directo de lo que hoy conocemos como aire acondicionado fue inventado en 1902 por Willis Carrier que lo denominó “aparato para el tratamiento de aire”. Ese mismo año, Alfred Wolff diseñó un sistema de acondicionamiento de aire para enfriar la Bolsa de Nueva York. Fue el edificio de oficinas Armour en Kansas City, Missouri, el primero en instalar un aire acondicionado.

El primer coche en equiparlo fue un Packard
La empresa americana de automóviles de lujo Packard debutó con el primer acondicionador de aire de automóviles en 1939. Se trataba de un sistema muy básico teniendo en cuenta lo que conocemos hoy en día. No tenía ningún sistema que controlara la temperatura y el aire procedía de la parte trasera del coche. Este fue un intento torpe, pero ya en 1969 más de la mitad de los coches vendidos en Estados Unidos disponía de aire acondicionado.
Consume bastante combustible
El aire acondicionado de casa para que funcione tenemos que conectarlo a la red. En el automóvil, no hay red eléctrica así que el compresor va unido al motor de combustión a través del sistema auxiliar. Como todos sabéis, al poner en funcionamiento el aire acondicionado el compresor se “engrana” al motor para funcionar, y esto supone una carga adicional para el motor de combustión. Por lo tanto, habrá que pisar más el acelerador para obtener la misma potencia, lo que significa que sí que se consumirá más combustible si el aire acondicionado está puesto.
Según cálculos de ENDESA, el incremento puede suponer hasta 1 litro de gasoil en un turismo medio en condiciones de calor extremo. Además, resta ente 2 y 15 caballos de potencia al motor, algo que todos hemos sufrido cuando hemos conducido coches poco potentes.

El AC reduce significativamente la autonomía de un coche eléctrico
El uso del aire acondicionado en un coche eléctrico reduce su autonomía. Más concretamente, hablamos de un 10% en uso normal, dato que, en el caso de los automóviles con menos rango es una cifra a tener en cuenta. El climatizador de un coche eléctrico extrae la energía directamente de la batería de tracción con un efecto bastante importante. No olvidemos que precisamente la autonomía es uno de los principales problemas de un coche eléctrico. Para mitigar este efecto, algunos fabricantes han incorporado un pequeño motor eléctrico dentro del propio compresor del AC. De este modo, este motor extrae la energía necesaria para su funcionamiento de la batería de tracción y puede variar su potencia en función de las necesidades.

No es malo para la salud
Esta creencia de que el aire acondicionado es nocivo para la salud es totalmente falsa. Más bien es todo lo contrario. La mayoría de los automóviles de la actualidad llevan filtros especialmente diseñados para retener virus y bacterias nocivas que se encuentran en el medio ambiente que siempre será más húmedo y dañino que el del interior de un coche con aire acondicionado. Eso sí, conviene recordar que los filtros se deben cambiar periódicamente para mantener la calidad del aire.

Aviso al taller: ¡Ojo con comprar gases prohibidos!
Los gases refrigerantes que equipan los aires acondicionados son dañinos para la capa de ozono. Por este motivo, diversas legislaciones han venido sustituyendo dichos gases por otros más respetuosos. Cuando se decidió prohibir el R12 y emplear el gas R134a por motivos ecológicos parecía que se habían solucionado todos los problemas. Hace unos años también se prohibió el uso del R134a y todos los coches de nueva fabricación tienen desde entonces la obligación de utilizar un nuevo tipo de gas que se denomina HFO-1234yf.
Sin embargo, todavía hay un mercado negro de este tipo de gases prohibidos, de hecho la Confederación Nacional de instaladores de frío y calor CNI publicaba un estudio el año pasado alertando de que el mercado negro cada vez aumentaba más en torno a estos productos. El problema que puede tener un taller que decida comprar el R12 puede exponerse a graves sanciones. Tanto la administración europea como la española llevan un riguroso registro de las compañías que comercializan estos gases.
Por lo tanto, lo tienen bastante fácil para seguir el rastro y descubrir al que lo está comprando, además de que en cualquier inspección pueden ser descubiertos por el Seprona. Las multas pueden ir hasta los 60.000 euros si son infracciones leves y hasta los 100.000 si se trata de infracciones muy graves.