Un vistazo a las claves de un componente que cobra cada vez más importancia. Como veremos más adelante, tanto su función como sus particularidades implican que es necesario prestarle la atención adecuada. Además, a la hora de llevar a cabo el mantenimiento de la correa de distribución, conviene tener en cuenta ciertos consejos.
¿Cuál es su función?
La correa es el principal punto de desgaste del sistema de distribución del motor. Este sistema es el encargado de sincronizar los procesos elementales del motor de combustión interna. La correa trabaja conectada al cigüeñal y al árbol de levas y coordina las rotaciones de ambos, para que válvulas y pistones trabajen en sincronía. Su papel es, por lo tanto, crucial para el funcionamiento del motor.
¿Por qué hay que prestarle atención?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la correa de distribución es un componente muy sencillo, pero que desempeña una importante función. Si se rompe, las consecuencias pueden ser graves. Al contrario que otros componentes, ni avisa ni disminuye su rendimiento, sino que simplemente se rompe. Y cuando esto ocurre, puede ser por una rotura total o porque fallan unos dientes.
En cualquier caso, lo más probable es que cigüeñal y árbol de levas pierdan su sincronía, provocando el desagradable encuentro entre válvula y pistón, lo que sin duda implicará una costosa intervención.

¿Cada cuánto hay que cambiarla?
La correa de distribución tiene unas propiedades que aseguran que proporcionará un servicio adecuado durante mucho tiempo. Fabricada en una combinación de materiales como caucho, goma, nylon y acero, ofrece resistencia y elasticidad en un amplio espectro de condiciones.
Cada vehículo tiene unas condiciones particulares de servicio para la distribución del motor, que oscilan entre los 60 y los 100, 140 y, en algunos modelos por encima de los 200 mil kilómetros. Conviene tener en cuenta que este intervalo se puede reducir para vehículos que sufren una circulación urbana y que, al estar detenidos, están más tiempo con el motor en marcha y sin moverse durante atascos y semáforos.
Al tratarse de una intervención costosa, la mayoría de profesionales indican si el cambio se ha realizado mediante un adhesivo ubicado en el motor. De lo contrario, el deterioro o la falta de tensión son los únicos indicadores, poco fiables, de si es necesario realizar el cambio. Más allá del kilometraje, los fabricantes estiman que entre 5 y 10 años es necesario el cambio debido al deterioro normal de la propia correa a causa del tiempo.

¿Sólo la correa?
La correa es la gran protagonista del sistema de distribución del motor, pero conviene saber que no es ni mucho menos el único componente a tener en cuenta. Junto a la correa, es necesario reemplazar todos los componentes de la distribución sometidos a desgaste. Las poleas, los tensores y, en muchos casos, la bomba de agua, deben ser reemplazados para garantizar un mantenimiento duradero.
¿Cómo voy a acertar con la marca de la correa de distribución?
Para realizar un mantenimiento adecuado de la distribución del motor lo primero es recurrir a un fabricante de primera línea, que ofrezca calidad original en todos sus componentes. Junto a la calidad, igual de importante resulta tener acceso a toda la información necesaria para realizar una intervención con éxito. El kit de distribución INA representa a la perfección todo aquello que el profesional de la reparación necesita dentro de una sola caja: Calidad OE, todos los componentes que es necesario reemplazar y la mayor oferta de formación, información, asistencia y herramientas del mercado que, bajo la marca REPXPERT, Schaeffler proporciona al taller multimarca. ¿Alguien da más?