A la hora de arreglar un volante bimasa es necesario tener en cuenta ciertos detalles que para garantizar que la reparación se lleve a cabo con éxito. No olvides que se trata de un componente complejo, que requiere precauciones antes y durante su sustitución. Para que tengas toda la información necesaria, nuestros técnicos han recopilado estos 5 consejos. No te los pierdas, seguirlos te servirá para evitar reclamaciones por fallos prematuros, ruidos y vibraciones la próxima vez que vayas a arreglar un volante bimasa.
Y recuerda que en este Blog tienes a tu disposición numerosos contenidos dedicados a este componente, en los que te explicamos desde cuáles son las piezas que componen un volante bimasa hasta cómo conseguir la guía definitiva de pares de apriete.
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1. No se puede rectificar
Cuando el volante bimasa ha llegado al final de su vida útil, la única opción es sustituirlo. Esto es debido a que no es posible rectificar su superficie de fricción. De hacerlo, ésta quedaría debilitada, sin que se pudiera garantizar su correcto funcionamiento.

2. Atención a los tornillos
Es muy importante utilizar los tornillos de longitud correcta para el embrague. Si se emplean unos tornillos de fijación del plato de embrague demasiado largos, estos pueden contactar con la masa primaria del volante, produciendo ruidos o incluso llegando a bloquear el volante. Los tornillos demasiado largos también terminarían por dañar el cojinete de fricción, o el rodamiento de bolas, sacándolo de su asiento.
Recuerda que también es necesario emplear siempre tornillos de fijación nuevos. Los tornillos que fijan el volante bimasa al cigüeñal son de un solo uso. En este post te contamos más detalles sobre los tornillos del volante bimasa.

3. Siempre cambiar el embrague completo
Un bimasa deteriorado puede tener consecuencias sobre el embrague. La superficie de fricción en mal estado puede provocar cristalización de los forros del disco. El exceso de holgura del bimasa puede afilar o desgastar el estriado del disco de embrague. Un bimasa bloqueado puede deformar o partir los muelles tangenciales del embrague.
Es importante señalar que, además de los efectos sobre el embrague, un bimasa deteriorado puede tener efectos negativos sobre el motor (p.ej. fisuras en la zona de asentamiento sobre el cigüeñal), y sobre la caja de cambios (p.ej. dureza en accionamiento del cambio de marchas; sincronizados sometidos a sobreesfuerzos).

4. Manéjalo con cuidado
A diferencia de un volante motor rígido, el Volante Bimasa (DMF) está formado por varios componentes ajustados con precisión entre sí que, a pesar de su construcción compacta, pueden deteriorarse debido a circunstancias externas. Si no se maneja de modo adecuado, pueden producirse fallos prematuros y reclamaciones por ruidos y vibraciones. Por este motivo, si el volante bimasa ha recibido un golpe o se ha caído al suelo, no debe montarse. Ten en cuenta que una caída, podría dañar el rodamiento de bolas o el cojinete de fricción, deformar los dientes del sensor de revoluciones o provocar un gran desequilibrio.
Además debes tener esta precaución en el caso de los volantes bimasa con cojinetes de fricción: la masa secundaria no se debe mover en dirección axial con demasiada fuerza, ya que podría dañarse la arandela de la parte interior del DMF.

5. Atención a la limpieza
Para limpiar la superficie de fricción del bimasa debes emplear un paño humedecido con un producto de limpieza disolvente de grasa. Ten en cuenta que el producto de limpieza no debe penetrar en el interior bimasa. Recuerda que no se puede limpiar el volante bimasa en una máquina de lavado de piezas o usando un aparato de limpieza de vapor o alta presión.