Que es necesario transformar la movilidad para detener el cambio climático es una realidad que nadie discute. Sin embargo, la conquista de movilidad sostenible se enfrenta a importantes retos tecnológicos. La industria del automóvil, desde los proveedores globales como Schaeffler hasta los principales fabricantes, se enfrenta cada día a estos retos para hacer posible que personas y mercancías se sigan moviendo con el mínimo impacto para el planeta. Si en REPXPERT, el Blog del Taller Mecánico ya hemos hablado de los coches autónomos y de las tendencias que están marcando el coche del futuro en este nuevo post vamos a conocer los tres grandes retos a los que se enfrenta la movilidad sostenible, es decir, las claves de las que depende todo.

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El CO2 es el principal responsable del calentamiento global: el ritmo estimado de emisiones, en el año 2100 la temperatura media del planeta subiría 5 grados centígrados, con consecuencias desastrosas para el medio ambiente y para la humanidad. El acuerdo de París sobre el clima marcó un objetivo: poner el límite del calentamiento global por debajo de dos grados. Por otro lado, el mundo está viviendo un rápido proceso de urbanización: en 2050 las ciudades aglutinarán el 50% de la población mundial y en ellas se producirán el 85% de las emisiones perjudiciales para la salud de las personas. Y a esto hay que sumar que, si el volumen de producción de automóviles sigue creciendo al ritmo actual, en 2050 se producirán 120 millones de coches y habrá 2.000 millones de coches circulando en el planeta.

Pues en todos estos fenómenos, uno de las factores clave es la movilidad. Así que conseguir una movilidad libre de emisiones de CO2 mediante una transición eficiente es el gran objetivo de la industria del automóvil. Pero, ¿cómo lograrlo? Las marcas de automóviles, los fabricantes de coches y el sector energético se enfrentan a numerosos retos relacionados entre sí. Esos grandes retos podríamos resumirlos en tres grandes bloques:
Primer reto: mejorar el rendimiento de los motores de combustión
La electrificación es el camino elegido hacia una movilidad libre de emisiones, pero faltan muchos años hasta que esta tecnología cope el mercado. Según las estimaciones de Schaeffler, en 2030 un 30% de los automóviles se moverá con motor de combustión, un 40% serán híbridos y un 30% puramente eléctricos. Si tenemos en cuenta el parque móvil mundial del año 2050, el 9% de los automóviles montarán un motor de combustión, el 25% serán híbridos y el 66%, eléctricos o de hidrógeno.
Los consumos y emisiones de CO2 de los motores de combustión tienen mucho margen de mejora. Solo con las tecnologías que Schaeffler ya ofrece en la actualidad (trenes de válvulas completamente variables, hibridación de 48V, módulo de gestión térmica, reducción de la fricción interna…) las emisiones pueden reducirse hasta en un 15%. Schaeffler también apoya a los fabricantes de automóviles en su camino hacia la movilidad eléctrica con su amplia cartera disponible de tecnologías de electrificación. Productos para todos los niveles de electrificación, desde la hibridación suave a vehículos híbridos completos e híbridos enchufables hasta motores eléctricos de alto rendimiento para vehículos eléctricos puros.

Segundo reto: conseguir que los consumidores se decanten por los coches eléctricos
El segundo reto importante en este camino es conseguir que los consumidores se decanten por los coches eléctricos, algo que por ahora no está sucediendo. En el primer semestre de 2019 se comercializaron alrededor de 39 millones de automóviles en todo el mundo, de los cuales solo el 1,9% del total fueron eléctricos (765.000 y con un gran protagonismo de China, con 430.700 unidades). ¿Qué está ocurriendo? Por un lado, la escasa demanda no permite generar economías de escala que permitan reducir los precios de las baterías, que suponen el 45% del coste de un coche eléctrico. Para que un coche eléctrico pueda competir con el precio medio de un automóvil convencional, 28.000 dólares a nivel mundial, el coste de las baterías tiene que caer un 67% en la próxima década. Y el reducido parque tampoco anima a generar las infraestructuras necesarias para la recarga de los eléctricos…

Para poder superar este círculo vicioso es necesario crear un frente común en el que los intereses del sector energético, del automóvil y de los consumidores alcancen un punto de encuentro. Por su parte, Schaeffler está trabajando a todos los niveles con esta idea, desde las principales asociaciones hasta en los foros políticos más influyentes, teniendo en cuenta el futuro y a todos los que juegan un papel importante en él.
Tercer reto: optimizar la producción y el almacenaje de la energía
La movilidad del mañana solo será sostenible si se tiene en cuenta toda la cadena de factores que intervienen en este complejo objetivo. La principal fortaleza de Schaeffler es su fuerte diversificación, es decir, está presente en todos los eslabones de la cadena energética, desde la generación de energía hasta su utilización en vehículos.

Para que la movilidad del mañana sea sostenible se deben tener en cuenta todos los pasos de esa cadena. Es decir, la energía debe producirse de una manera igual de sostenible que la de los vehículos a los que propulsa. De no hacerse así, solo se estarían cambiando las emisiones de sitio. Por ejemplo, es como conducir un coche eléctrico que se carga con energía procedente de una central térmica. Tan importantes son las fuentes de la energía renovable como las tecnologías de movilidad.
Por otro lado, el tema del almacenamiento de la energía es fundamental. Uno de los aspectos que marcará el éxito en este camino es conseguir almacenar los excedentes de energía limpia (viento, sol, agua), un reto difícil pero fundamental.
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