El Audi e-tron representa el primer modelo totalmente eléctrico de la prestigiosa marca alemana. Se trata de un SUV de gran tamaño, casi 5 metros, que no renuncia a la orientación deportiva. Su diseño dinámico, su interior vanguardista, sus capacidades dinámicas y su autonomía superior a los 400 kilómetros son grandes argumentos para sus futuros compradores. Sin embargo, la gran sorpresa de este nuevo modelo es la transmisión Dual Drive desarrollada por Schaeffler, que permite trasladar el concepto de tracción Quattro a un automóvil 100% eléctrico con gran eficacia.
Audi define su nuevo e-tron como un compendio de eficiencia y prestaciones, rodeados de una sensación de pura calma. Para lograrlo, recurre a dos motores eléctricos que ofrecen una potencia máxima combinada de 300 KW y un par máximo de nada menos que 664 Nm. Para lograrlo, el fabricante de los cuatro aros ha recurrido a un esquema en el que los ingenieros de E-Mobility de Schaeffler llevan años trabajando: El E-Axle, o eje eléctrico, integra todos los elementos de propulsión y transmisión en torno al eje del vehículo. Bien en paralelo al eje o en posición coaxial, esta ubicación ofrece numerosas ventajas. En primer lugar, la transmisión de potencia es muy eficaz, al trabajar muy cerca de las ruedas propulsoras. Además, el centro de gravedad permanece bajo, lo que mejora el comportamiento dinámico. Por otra parte, este esquema con motor y transmisión asociados al eje libera suficiente espacio para las baterías, el equipaje o el habitáculo. Este concepto propulsor ha necesitado de un importante esfuerzo tecnológico para lograr, en un pequeño espacio de unas decenas de centímetros, desmultiplicar el giro del motor eléctrico, que gira a decenas de miles de revoluciones por minuto, y adaptarlo al de la rueda, que es cien veces menor. En este sentido, el profundo conocimiento que tiene Schaeffler en materia de transmisión de potencia ha marcado la diferencia.

La nueva generación Quattro
La transmisión Dual Drive combina un doble eje eléctrico, el trasero en posición coaxial al eje, propulsa al e-tron en circunstancias de adherencia normal. El segundo eje eléctrico se activa en milisegundos cuando el sistema detecta falta de adherencia. De este modo, esta nueva generación del popular sistema quattro de tracción integral logra unos niveles de agarre muy elevados en cualquier tipo de superficie. Y es que de manera continua y totalmente variable, reparte el par entre ambos ejes en fracciones de segundo. Pero este sistema de tracción total también es capaz de entrar en juego de una manera predictiva, antes incluso de que una rueda pierda adherencia. Esto sucede, por ejemplo, si se está trazando una curva a velocidad elevada, al encontrar una placa de hielo o si se produce una situación de subviraje o sobreviraje.

Un hito para Schaeffler
El inicio de la producción en serie de esta transmisión de Schaeffler para vehículos eléctricos marca un hito para la división de negocios E-Mobility. Desarrollado y producido en plantas en Herzogenaurach y Bühl, este innovador desarrollo ofrece el máximo placer de conducción al tiempo que proporciona un alto nivel de confort y un rendimiento óptimo de ruido. Como hemos visto, esta transmisión está disponible en versión paralela al eje o coaxial, y destaca en ambos casos por su alto par de entrada y sus amplias posibilidades de integración, por los que en el nuevo Audi e-tron es posible encontrar ambas versiones. El núcleo de todo el sistema es el conjunto de engranajes planetarios combinado con un diferencial desarrollado por Schaeffler. Las dos transmisiones para Audi han estado en producción en serie desde agosto de 2018. Para el futuro, se espera un volumen de producción de hasta 250.000 unidades de transmisión por año. Además, y gracias a su modularidad, veremos esta tecnología trasladada a otras aplicaciones muy pronto.